El nombre es el primer regalo otorgado al recién nacido, es aquello que lo va a individualizar y acompañar el resto de su vida. Por ello, antes de tomarse a la ligera la elección del nombre de nuestro retoño, debemos meditar mucho sobre su significado y las consecuencias que el mismo tendrá sobre nuestro hijo. Mi nombre me gusta, me siento satisfecho con él y me identifica a la perfección. Es esto lo que debemos buscar a la hora de elegir en nombre de nuestros hijos.
La importancia del significado de mi nombre no radica solo en el hecho de lo que el mismo significa, sino que cada nombre lleva implícito unas cualidades, que en mayor o menor medida, define casi a la perfección a la persona que lo lleva.
De este modo, Pedro significa piedra, sí. Pero los Pedros son personas sensitivas, fuertes y a la vez muy humanas. Son inteligentes y empáticas. Esto no quiere decir que todas las personas que se llamen Pedro sean buenas, listas y sensibles, no. Sin embargo, la gran mayoría de los Pedros que os encontréis por la vida, casi seguro que serán así.
Estar satisfecho y sentirse bien con el nombre, es como sentirse bien con tu cuerpo, lo cual implica una perfecta armonía consigo mismo, que a fin de cuenta es algo muy buscado por todos nosotros.
Por todo ello volvemos a insistir, no os toméis a la ligera la elección del nombre de vuestros hijos, no obstante, estad tranquilos sabiendo que si por la razón que sea creéis que no habéis elegido bien, ellos mismos, cuando adultos, podrán cambiarlo si así lo desean, e incluso nosotros durante parte de su infancia.
Pedro, Claudia, Sergio, Marta, Patricio, Sandra… no son solo nombres, son personas… Mi nombre es una de las cosas más importantes para completar todo mi ser. Su elección debe hacerse siendo consciente de ello.
Poneros en lugar de vuestros vástagos, ello os ayudara a que esta elección sea de lo más acertada, y no os toméis a la ligera, por muy escépticos que seáis, el significado de los nombres.