Un reloj automático no es más que un reloj con toda la maquinaria habitual a excepción de una fuente de energía, que normalmente es una pila o dando cuerda manualmente.
Los relojes automáticos no necesitan de una fuente de energía externa, ya que ellos mismos generan energía. ¿Cómo genera energía un reloj automático? Muy sencillo, su maquinaria incluye un rotor que gira alrededor de un pivote y mediante la oscilación de nuestro brazo hace girar el mecanismo de carga del muelle y esto es lo que permite “dar cuerda” al reloj de forma automática.
Como todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja clara es que nos podemos olvidar de dar cuerda al reloj, de cambiar la pila, etc.. El incoveniente es evidente, sino llevamos el reloj en la pulsera no se recargará por tanto se parará. Bueno esto no es así exactamente, los relojes automáticos suelen traer un mecanismo de seguridad que hace que si transcurridas 24-48 que hayamos dejado el reloj parado (en la mesilla por ejemplo), no lo utilizamos, se apaga automáticamente para conservar energía, esto es conocido como reserva de marcha y puede variar de un modelo de reloj a otro. Esto supone que si volvemos a ponernos el reloj tendremos que darle cuerda. Otro de los inconvenientes de este tipo de maquinaria es su precisión que es menor al de un reloj de cuerda o uno que funcione con pilas (cuarzo).
Ahora que ya sabes las ventajas y los inconvenientes de una maquinaria automática frente a relojes con maquinaria de cuarzo por ejemplo, estás en disposición de elegir la maquinaria que más se adecue a tu uso, ya sabes, si vas a utilizar poco el reloj es mejor que obvies el elegir una maquinaria automática que requiere de su uso para funcionar.